Sí, la clave es TIRAR. No te engañes más, no pongas más excusas: no necesitas más metros cuadrados o más muebles de almacenaje, lo que realmente necesitas es deshacerte de una gran parte de cosas que tienes en casa y que en realidad ni usas ni necesitas. Si te ha llamado la atención el título de este post seguramente sea porque necesitas ayuda: miras a tu alrededor y todo es un caos, está desordenado, pierdes tiempo buscando cosas, te crea estrés cada vez que miras tu casa... Es el momento de actuar, pero ¿por dónde empiezo? Esa es la gran pregunta, pero la respuesta es muy fácil: simplemente empieza. Ordenar y vaciar una casa debe ser un ejercicio liberador y terapéutico, algo que nos autoimponemos porque sabemos que nos beneficia, como hacer deporte: nos da pereza al principio, pero cuando empezamos nos suben las endorfinas y cada vez nos sentimos mejor... Pues eso, vívelo como una oportunidad para empezar algo nuevo y libera tu vida de cargas innecesarias que te impiden avanzar.
Para una mayor armonía en nuestra vida es necesario encontrar el equilibrio entre el orden mental y el orden físico. Por eso es tan necesario empezar por aquí:
1. Ordena por categorías
Decide dónde vas a colocar las cosas según su temática, por ejemplo: vasos y platos en la cocina, papeles en el despacho, ropa de cama en el cuarto de la colada. Recupera esa lógica aplastante que el día a día nos hace perder. Agrupa las cosas, sácalo todo de armarios, cajones... Y toma conciencia de la gran cantidad de cosas que tienes de cada categoría. Eso te ayudará a decidir qué no necesitas y de qué puedes prescindir.
TIP: elige una estancia de tu casa que sea la menos frecuentada, será tu campo base. Allí irás llevando las cosas que vayas encontrando por la casa y las podrás ir ordenando con tranquilidad (pero sin pausa).
2. Un lugar para cada cosa
Eso te ayudará a mantener la casa ordenada y que los demás sepan dónde dejar las cosas y contribuyan así con tu causa. Asigna los espacios según la lógica de su uso y no vayas desperdigando cosas por la casa con la excusa de que no caben. Si eso ocurre hazte la pregunta: ¿realmente necesito todo esto o estoy esquivando el problema y evitando deshacerme de cosas?
TIP: si no sabes por dónde empezar, elige el recibidor, es la zona que ves cada día al entrar en casa y eso determinará tu estado de humor a partir del momento en que cruces el umbral...
3. Hazlo de golpe
De esta forma te permite ser consciente de todo lo que tienes y a tomar mejores decisiones. Si lo dejas para mañana, seguirás postergando y evitando enfrentarte al problema. Piensa que es como quitarte una tirita: es doloroso de todas formas, así que mejor hacerlo rápido. Además, tendrás resultados inmediatos y eso te motivará para seguir.
TIP: si dudas de alguna cosa seriamente, déjala en algún lugar de almacenaje en casa con la fecha en la que lo has guardado. Si en 1 año no lo has echado en falta ni lo has necesitado, significa que puede irse directamente a la basura.
4. Sigue una rutina
Dedica un día de la semana o unos minutos cada día a repasar que las cosas sigan en su sitio o en mejorar todavía más su orden. Este tipo de rutinas son como un entrenamiento: cada vez nos resulta más fácil ordenar y deshacernos de cosas, porque nos hace sentir felices y liberados.
TIP: el momento perfecto sería antes de irte a dormir, dejar la casa recogida hace que empieces mejor el día y aproveches más el tiempo.
5. Quédate solamente con lo que te haga feliz
Todo aquello que conservas pero que no forma parte de tu vida actual, o que te trae recuerdos tristes, o que te sientes obligado a conservar pero en realidad no te gusta o no sirve para nada... Cada una de esas cosas te estancan y te impiden avanzar en tu camino. Y seguro que además hay muchas cosas que puedes tirar y si alguna vez las necesitas, se pueden comprar…
TIP: el sentimiento de culpa es uno de los más frecuentes en estos casos. Por eso no debemos pensar en que vamos a tirar algo, es decir, que lo consideramos basura, sinó que podemos donarlo, llevarlo a tiendas de segunda mano o venderlos en Wallapop y que alguien que sí lo necesite pueda disfrutar de ello.
Muchas veces llegamos a esta situación por algún problema concreto, como una ruptura, la muerte de un familiar o incluso una depresión. También el estrés provoca este tipo de desastres en casa. El desorden y caos que tenemos en casa es un reflejo de nuestro desorden interno, por eso hacemos tanto hincapié a enfrentarnos a él, porque de esa manera solucionamos dos problemas a la vez y nos ayuda a sentirnos más felices en nuestra casa. ¿Qué te han parecido estos consejos? ¿Los vas a poner en práctica? ¿Tienes otros trucos que te funcionan? Cuéntanos, no te cortes, y explícanos qué otras dudas te surgen en la decoración de tu casa e intentaremos responderte. Si de todas formas necesitas ayuda para dar un nuevo nivel a tu casa y conseguir que por fin sea la que has soñado, podemos ayudarte a conseguirlo.
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