Cómo transformar un antiguo licorero en un precioso mueble auxiliar

De madera de castaño, las vetas están muy marcadas y eso dificulta que quede un acabado liso y fino, así que empezamos lijando la superficie con intensidad en las zonas con la veta más pronunciada. En el interior, empezamos retirando el feo tapete de mus verde, pero por suerte descubrimos que debajo de esa plancha de madera, se escondía una bonita forma contorneada que recuperamos.

Escogimos un tono azul cielo con pintura acrílica al agua, como nos pidió su propietaria. Al interior le añadimos un toque cálido y alegre con el amarillo pálido.

Antes de empezar habíamos quitado el tirador casi inapreciable que tenía por algo más decorado, pero pintado igual para que no se llevara todo el protagonismo. Para que quedara aplicado, hicimos una hendidura en la madera con una broca de pala.

En esta ocasión quisimos hacer uno muy suave, así que con cuidado, rascamos las zonas de mayor roce, a favor de veta.

Para proteger la superficie que queda desprotegida por efecto del rascado, barnizamos todo el mueble con barniz al agua transparente acabado satinado, ya que el mate nos ha dado problemas de amarilleado y podría estropear el bonito tono azul cielo. En el interior, añadimos papel pintado de flores en la balda y en la base para darle calidez y dulzura. 

Y este es el antes y después de nuestro mueble licorero Juliette.