Cómo transformar una silla clásica en una bohemia y femenina

En primer lugar, inspeccionamos su estado y enseguida comprendimos por qué se querían deshacer de ella: tenía carcoma, presentaba diversos desconches en la chapa y estaba muy manchada y desgastada. 

Lo siguiente fue desparasitarla con matacarcoma, que inyectamos en cada uno de los agujeros, después pincelamos toda la superficie y finalmente la cubrimos con plástico rígido y cerramos bien, para dejarla en tratamiento durante 4 días. Después, tapamos todos los agujeros y desperfectos con masilla blanca, ya que decidimos pintarla.

Una vez seca la masilla, pudimos rascar hasta dejar la superficie perfectamente lisa, sin necesidad de decapar, ya que el barniz estaba en buen estado y queríamos pintarla.

Cuando descubrimos el sello de la fábrica Mocholi, supimos que no podíamos esconderlo bajo la pintura, así que decidimos conservarlo, tapando con cinta para superficies delicadas, que cortamos a medida para cubrir la marca.

Después, procedimos a pintarla. La pintura escogida fue un violeta al agua de la marca La Pajarita, con efecto de acabado a la tiza. Con la ayuda de un pincel muy suave, dimos dos capas para cubrir perfectamente la superficie. Entre capa y capa, le hicimos un rascado suave para evitar imperfecciones en la superficie.

Una vez seca, retiramos la cinta sensible para recuperar la marca:

Para finalizar, le dimos una capa de barniz al agua acabado mate, y ya la tenemos!

¿Qué te parece el cambio? ¿Le favorece este color? A nosotros nos parece un color elegante, a la vez que muy bohemio y femenino...