Seguimos rebuscando en el baúl de los recuerdos, recuperando proyectos que todavía no habíamos publicado en el blog... Y los que quedan todavía!!! Este, por ejemplo, fue una alumna de nuestro taller de iniciación quién se enamoró del trabajo que realizamos a nuestra vitrina Elisenda y quiso que fuéramos nosotros quienes transformáramos la vitrina que una buena amiga le había regalado. La vitrina tenía mucha carcoma, las puertas no cerraban bien, un cajón estaba roto... Así que nos pusimos manos a la obra!
1. Evaluación del estado del mueble
Comprovamos la gravedad de la carcoma, que por la parte de debajo era muy intensa. Además, las dos puertas no cerraban bien, los cajones tampoco, y las puertas de cristal rozaban y la cerradura estaba rota...
2. Preparación de la superficie
Después de desparasitar el mueble durante días, tapamos agujeros, arañazos e imperfecciones con masilla blanca. Una vez seca, lijamos todo el mueble, para conseguir un mejor agarre de la pintura.
3. Imprimación
Después de proteger los cristales con cinta de carrocero de corte fino, dimos una capa de imprimación con base disolvente Todoterreno. Además de un mayor agarre y respuesta al roce, esta imprimación evita cualquier tipo de sangrado de la madera, que estropearía el color.
4. Pintura
Una vez transcurrido el tiempo necesario para que la imprimación esté perfectamente seca, lijamos todo el mueble, insistiendo en las posibles imperfecciones ocasionadas durante la apliacación de la imprimación, y empezamos con el rosa exterior. Utilizamos un esmalte acrílico acabado mate. Después de dos capas, con un lijado entre capa y capa, protegismos las zonas de contacto con cinta de carrocero sensible a la pintura (para no estropear la de color rosa) y aplicamos dos capas más de pintura mate en amarillo.
5. Acabados
Aunque no le hicimos fotos, las puertas y los cajones los repasamos para que no rozaran y cerraran perfectamente, de otra forma, si las puertas tocaran, estropearían la pintura a la primera... Montamos las puertas y ajustamos para comprovar que nada rozara. Y retiramos la cinta de carrocero con mucho cuidado, repasando las pequeñas imperfecciones con un enformador. Y lista!
Esta vitrina tiene un aire coqueto y a la vez alegre, con ese amarillo que parece la luz del sol... El rosa, al ser de un tono tan desgastado, no empalaga y combina a la perfección con el amarillo. El resultado es, aunque atrevido y muy dulce, también es elegante, joven y fresco a la vez. Si quieres aprender con nosotros a transformar muebles como este, no te pierdas nuestro curso online de Domestika. Y si lo que quieres es conseguir un mueble único y personalizado para tu hogar, contacta con nosotros y haremos algo precioso juntos! Feliz viernes!
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