Algunas personas te sorprenden con detalles como este... Que te regalen un mueble porque van a vender la casa y esta pieza tiene demasiada historia, es un gesto que le aporta aún más magia a esta pieza maravillosa... Perteneció a Manel, que vivía en una casa de campo en Canet d'Adri (Girona), y cuando vendió la casa, se la dejó a los nuevos propietarios, con mucho cariño, para que cuidaran de ella. Cuando los nuevos propietarios querían vender la casa, quisieron dejarla en buenas manos, ya que se encontraba en muy mal estado... Escogimos su acabado pensando en la nueva vida de sus últimos propietarios: una nueva casa en el mar.
Aunque no parecía estar en muy mal estado, el sobre estaba levantado totalmente, tenía mucha carcoma y el vitrificado de las superficies estaba agrietado. Así que empezamos desparasitando el mueble con mata-carcoma, inyectando agujero por agujero, después pincelando toda la superficie y finalmente, lo cubrimos con plástico duro durante 4 días.
Una vez pasados los 4 días, arrancamos la chapa de la superficie, dejando la capa que estaba en buen estado. Hicimos un nuevo sobre con una plancha de DM, que recortamos a medida con la caladora, después lo retocamos con la garlopa. Cuando la forma era exactamente como queríamos, encolamos la superficie con cola blanca, colocamos la plancha recortada y le colocamos peso encima para asegurarnos que se enganchara bien.
A continuación, tapamos con masilla los agujeros y los arañazos. Después rascamos toda la superficie para eliminar imperfecciones y matificar la superficie, de manera que la pintura se agarre mejor.
Una vez limpia la superficie, la pintamos con pintura acrílica al agua, concretamente, de color blanco Antique satinado de Valentine. Le aplicamos 3 capas, hasta que quedó bien cubierto, con rodillo en las partes llanas y con pincel en las zonas redondeadas. Una vez seca, respetando los tiempos de espera que marca el fabricante, pasamos a la siguiente fase: pintar el interior de un color distinto. Fue un color que hicimos a medida, del mismo color que unos tiradores antiguos de porcelana que decidimos colocarle a este mueble. Para ello protegimos el blanco con cinta de pintor para superficies delicadas y aplicamos la pintura.
Por último colocamos los tiradores, desgastamos ligeramente las zonas más expuestas y lo protegimos con barniz satinado. Y este es el resultado:
¿Qué te ha parecido el cambio? Resulta una pieza refrescante, elegante pero desenfadada, chic y cálida a la vez... Si quieres ver el resto de nuestro aparador Manel, visita su ficha en la shop aquí. Y si lo que quieres es seguir aprendiendo a transformar muebles, no te pierdas nuestro curso online en Domestika. Feliz fin de semana!!!
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