Un apartamento del s. XIX frente a uno de los canales más famosos de la capital holandesa. El proyecto de rehabilitación de la vivienda tenía claro que quería devolver el encanto de su época, pero sin renunciar a un estilo moderno. Para hacerlo, se restauraron molduras, se replicaron dinteles, pero a la vez se tiraron algunos tabiques para conseguir mayor luminosidad y fluidez entre las habitaciones. Siempre se escogieron los materiales de mayor calidad para todas las estancias. Una vez tenían los huesos listos, fue la decoración quien se encargó de modernizar el conjunto, aportando luz y con un equilibrio perfecto entre piezas antiguas, obras de arte y tesoros recopilados a lo largo de su vida y sus numerosos viajes.
"Cada pieza tiene una historia ligada al lugar donde la compramos en alguno de los viajes que hemos hecho desde que dejamos Sudáfrica" dice Michelle sobre esos objetos que aportan el toque único y con tanto carácter... "Para que una casa tenga alma, necesita contar una historia, tanto en la arquitectura como en los objetos de arte coleccionados", no podemos estar más de acuerdo. Y por supuesto la casa de Michelle tiene mucha alma. Nos encanta especialmente el dormitorio, con esa cama con dosel pintada a mano, el sofá francés tapizado en negro y el espejo Trumeau sobre la chimenea. Pero nos ha sorprendido mucho cómo ha solucionado la decoración del patio interior: a pesar de ser un espacio muy zen, los elementos usados y su disposición evocan un estilo refinado y glamuroso... ¡Un equilibrio perfecto! ¿Quieres conseguir un ambiente como este en tu hogar? Podemos ayudarte a hacer realidad tu proyecto, y además en nuestra shop online encontrarás piezas llenas de historias para crear una decoración con alma... Feliz martes!!!
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