Cada vez descubrimos más interiores decorados con un estilo minimalista que se ajusta más al concepto de calidez y bienestar que todos esperamos en un hogar. En realidad se trata de un equilibrio que se aleja del frío y distante minimalismo y se acerca a un estilo ecléctico pero sin abarrotar, más ligero y limpio. És decir, un minimalismo cálido, con personalidad pero manteniendo la premisa de que menos es más. La reforma de esta casa de 1860 en Brooklyn es un claro ejemplo de este estilo que ha venido para quedarse. ¿Te apetece un house tour?
Manteniendo elementos originales de la casa, como las cornisas, los zócalos y las ventanas, se han aligerado las paredes manteniendo solamente las boiseries del comedor y pintándolas en color blanco. Los diseños más atrevidos se han dejado en los baños para invitados, y en el baño principal han añadido algo de color, pero de forma muy sobria, usando un mármol veteado que crea una sensación de lujo y elegancia. La cocina, en cambio, cede el protagonismo al mueble oscuro, dejando un mármol de Carrara con vetas mucho más suaves y por supuesto volvemos a ver la cocina sin muebles altos y con la balda de mármol a continuación del salpicadero, que nos encanta. Nada le falta y nada le sobra. ¿Qué estancia te gusta más de esta casa?
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