Menuda sorpresa, ¿verdad? Hacía mucho que no publicábamos un post con nuestras piezas y más raro todavía: un martes! Pero estas piezas se lo merecen... Estas sillas fueron amor a primera vista. Su forma redondeada y clásica nos evoca el lujo de una época olvidada, así que tenían mucho potencial para ser unas elegantes y bonitas sillas... A pesar de todo, habían acabado en una antigua masía y su propietaria, al mudarse, decidió deshacerse de ellas... Helga, una amiga, nos avisó "es que son tan vuestro estilo". Y acertó!
1. Destapizar y lijar
Por suerte, el último retapizado que le realizaron a esta silla conservó los muelles originales y el crin, y lo reforzaron con una esponja de alta densidad y tensaron las cinchas que estaban en perfecto estado, así que sólo tuvimos que retirar la tela antigua y lijar un poco la superficie para tener la silla lista para pintar.
2. Pintar y darle un acabado
Le dimos 3 capas de esmalte acrílico blanco satinado al agua. Una vez seco, le dimos el acabado desgastado y lo protejimos con un barniz al agua incoloro de acabado satinado. Una vez seco, la silla ya está lista para ser tapizada.
3. Tapizar
Una buena tela gruesa, como esta de Gastón y Daniela, de efecto terciopelo, hace el trabajo más fácil y además te asegura una mayor calidad y durabilidad. Para rematarlo, aplicamos una pasamanería que encontramos en una antigua mercería y que combinaba a la perfección con el color...
Y nos gustó tanto el resultado que con las otras cuatro jugamos con el morado y el rosa para un proyecto en Segovia que busca llenar una casa de luz y color... De estas sillas nos encanta su forma sofisticada, pero su acabado y color demuestra no tener pretensiones, y nos encanta ese toque Chic tan fresco que el blanco y el color le dan al conjunto. Si quieres descubrir más detalles, visita su ficha en nuestra shop y si lo que quieres es conseguir un mueble único y transformado por ti, descubre nuestro curso online en Domestika. Feliz martes!
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