Al diseñar la reforma de esta casa, el diseñador de interiores Jim Dierckx quería crear una “sensación cálida asociada con el hogar, donde uno puede relajarse lejos del bullicio de la ciudad”. Trabajó tanto en el interiorismo como en el diseño del jardín y ha conseguido crear un espacio tan maravilloso como funcional.
Se trata fundamentalmente de un proyecto de restauración. Esta residencia fue víctima de una serie de renovaciones mediocres a lo largo de muchas décadas, por lo que había perdido gran parte de su encanto original y de su valor. “Esta propiedad es una majestuosa casa adosada”, dice Jim. “Queríamos extender la autenticidad y la clase de la fachada exterior al interior de la casa”. El proyecto también se centró en buscar un equilibrio entre la necesidad de la familia de recibir invitados y el deseo de encontrar la tranquilidad lejos de la ciudad.
Una reforma integral donde se restauraron y agregaron molduras en toda la casa, priorizando materiales naturales donde fue posible, como mármol, terrazo y suelos de roble, respetando el patrón de colocación original. “Queríamos atraer la mayor cantidad posible de luz natural a la casa colocando un gran ventanal de acero en la fachada trasera que conecta ambos pisos”, agrega Jim.
La casa, dividida en tres pisos, refleja la vida diaria del cliente: una planta baja diseñada para la preparación de alimentos y comidas, con la cocina y la sala de estar, y se despliega hacia la zona de estar al aire libre con vista a la piscina; la primera planta está estructurada para las actividades prácticas del día, con un estudio lleno de luz, una sala de estar y un salón de aperitivos para después de la cena; y el piso superior comienza y termina el día con los dormitorios y los baños, reservado así para la actividad más privada.
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